“En la medida que dejamos que brille nuestra propia luz, damos a otros permiso para hacer lo mismo.”
– Nelson Mandela

¿Cuándo fue la primera vez que lideraste a otros?
Sabes, la primera vez que escuche esa pregunta, estaban a mi alrededor varias personas, todos pensando diferente. Me sorprendí de sus respuestas y me sorprendí más al responderla y ver sus reacciones.
Varios contestaron que nunca habían tenido la oportunidad, otros indicaron el momento en que habían asumido un puesto como jefe en alguna organización, otros cuando habían liderado en un voluntariado y algunos incluso dijeron que estaban viviendo por primera vez la experiencia.
Mi respuesta fue: cuando tenía yo 10 años, era la mayor de 4 hermanos, viviendo en un país extranjero y al tomar el transporte público para la escuela, mis padres y mis hermanos confiaban en mi para dirigirlos; fue el momento en que algunos reaccionaron y se dieron cuenta que habían omitido varios momentos en que también habían liderado a otros. Muchos años antes, mi respuesta hubiera sido diferente también.
Avanzas en tu camino profesional y en tu mente aún no eres líder, no naciste para liderar, y así lo crees incluso cuando estás al frente de un grupo de personas, de colaboradores, de voluntarios, dirigiendo cambios y lo que piensas es que pronto todos se darán cuenta que no puedes, por ello te ocurre lo siguiente: buscas un modelo de líder para imitar su comportamiento en todo; sientes que llevas una pesada carga que te agobia; asumes una posición autoritaria y das órdenes para que se cumplan y no se cuestionen; dices sí a todo y complaces a todos para que estén contentos; y por último, están los que se dan cuenta que pueden mejorar, buscan apoyo profesional en formadores, mentores, coaches, para desarrollar su liderazgo.
¿Cómo descubro que puedo ser líder?
Con los años aprendí que liderazgo era influencia y eso solo es posible cuando los que están a tu alrededor creen, confían en ti y están dispuestos a seguirte. Los líderes tienen influencia y tienen seguidores, no todos los jefes tienen influencia y no todos los que tienen influencia tienen un cargo de “jefes”.
Estas preguntas te ayudarán a que identifiques que puedes ser un líder y a reprogramar tu mente para ello:
- ¿En qué destacas? Tu opinión y comentarios son muy importantes en algunos temas en que eres conocido por dominarlos, tener una característica o conocimiento que te empodera para hacerlo.
- ¿Cuál es tu esencia?: Tu personalidad, tu manera de ser es única, ¿Acaso eres de los que resuelve situaciones, decides, tomas el control; eres el que anima, el que inunda el entorno con alegría y disposición; eres el que da la paz y la confianza de que todo estará bien; eres el que se asegura que todo esté bien hecho y analiza las situaciones? Descubre quién eres.
- ¿Cuáles son tus habilidades y conocimientos? Conocer tus habilidades y los temas que dominas te ayudará a liderar.
- ¿Por qué creen y confían en ti? Puedes decir que eres muchas cosas, pero los demás creen y confían por las acciones que tu realizas, esa es la credibilidad que te has ganado.
- ¿Cómo ayudas a los demás? Cuando tienes influencia en los demás es porque saben que puedes ayudarles, saben que eres valioso y vale la pena seguirte.
El reto de hoy es que respondas las preguntas que te he dejado y además respondas ¿Cuándo fue la primera vez que lideraste a otros? Reflexiona, mira tu propia luz y date el permiso para liderar. Da la oportunidad a los demás de confiar en ti para dirigirlos.
MSc. Marcia Morán
Coach/Creciendo Líderes
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